José Ángel Buesa, 1, 1910-1982
Quien ya escribia versos a los 7 anos debio ser una criatura sensible y dominada por la armonia, la pasion, y el amor, asi a los 22 anos publica su primer libro, en 1932, "La fuga de las horas", al siguiennte ano publica "Misas Paganas".
Su siguiente libro, “Babel”, ve la luz 3 anos mas tarde al que se le reconoce como la clave de todos los caminos siguientes de la poesía de José Ángel Buesa.
Nace el 2 de septiembre de 1910, en Cienfuegos, Cuba, llegó a ser popularmente muy reconocido, aunque algunos le asignaron a veces el mote de populista, con alguna conciencia de que no escribía obras de altos quilates estéticos o para minorías muy refinadas y cultas, aunque quizás tenía aptitudes para ello, por su fácil captación del ritmo versal y su capacidad para convertir en imagen literaria las aseveraciones más planas y casi coloquiales de lo cotidiano, así como por su virtuosismo con el endecasílabo y hasta por algún tono aristocrático que por momentos quiere sobresalir en varios poemas.
Se le considera un fenomeno de aceptacion social por lo ampliamente leida que ha sido su obra,
Buesa piensa que la poesía verdadera ha de partir de la fidelidad del poeta consigo mismo, trabajar en la emoción, amando las palabras más simples, las que brotan del diálogo de cada día, en lugar de escribir en gruesos diccionarios vocablos raros y difíciles.
Su libro "Oasis" 1943 se reedito en más de 26 ocasiones, así como "Nuevo Oasis", sus libros se agotaban tan pronto salían, se dice que de un poema suyo fueron los primeros versos que se oyeron en la televisión cubana en los años 61, abandono Cuba rumbo a España, Islas Canarias y Santo Domingo donde muere en 1982.
A si describe su obra:
CON LA SIMPLE PALABRA
Con la simple palabra de hablar todos los días,
que es tan noble que nunca llegará a ser vulgar, voy diciendo esta cosas que casi no son mías,
así como las playas casi no son mar.
Con la simple palabra con que se cuenta un cuento,
que es la vejez eterna de la eterna niñez,
la ilusión, como un árbol que se deshoja al viento,
muere con la esperanza de nacer otra vez.
Con simple palabra te ofrezco lo que ofreces,
amor que apenas llegas cuando te has ido ya:
Quien perfuma una rosa se equivoca dos veces,
pues la rosa se seca y el perfume se va.
Con la simple palabra que arde en su propio fuego,
siento que en mí es orgullo lo que en otro es desdén:
Las estrellas no existen en las noches del ciego,
pero,
aunque él no lo sepa, lo iluminan también.
Y así, como un arroyo que se convierte en río,
y que en cada cascada se purifica más,
voy cantando este canto tan ajeno y tan mío,
con la simple palabra que no muere jamás!
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